Maestro de la poesía y la narrativa de América Latina, sus historias fantásticas continúan marcando a generaciones de lectores 30 años después de su fallecimiento.
Este 2014 se cumplen 100 años del nacimiento del escritor argentino Julio Cortázar y el mundo lo celebra con publicaciones, exposiciones y encuentros en honor a su obra y legado.
Poeta, narrador y traductor, Cortázar nació en Bruselas el 26 de agosto de 1914 y murió en París el 12 de febrero de 1984, hace ya 30 años.
Figura emblemática del llamado ‘boom latinoamericano’, decir su nombre es evocar historias fantásticas cargadas de lenguaje musical, mitología, arte, alucinaciones y experiencias viajeras; historias que desafían el tiempo y continúan marcando, desde que comenzara a publicar a principios de los 50, a generaciones de lectores.
Entre obras póstumas y publicadas en vida, Cortázar escribió más de 40 títulos repartidos en novelas, cuentos, poesía, teatro, microrrelatos, ensayos y artículos.
Aunque su obra es considerada como parte del movimiento surrealista y del realismo mágico, el propio Cortázar hizo referencia a lo poco que le gustaban los encasillamientos cuando escribió, en “Los autonautas de la cosmopista” (1983), el último libro que colocara en vida en las librerías: “Casi nunca he aceptado el nombre-etiqueta de las cosas y creo que eso se refleja en mis libros, no veo por qué hay que tolerar invariablemente lo que nos viene de antes y de fuera”.
Poeta, narrador y traductor, Cortázar nació en Bruselas el 26 de agosto de 1914 y murió en París el 12 de febrero de 1984, hace ya 30 años.
Figura emblemática del llamado ‘boom latinoamericano’, decir su nombre es evocar historias fantásticas cargadas de lenguaje musical, mitología, arte, alucinaciones y experiencias viajeras; historias que desafían el tiempo y continúan marcando, desde que comenzara a publicar a principios de los 50, a generaciones de lectores.
Entre obras póstumas y publicadas en vida, Cortázar escribió más de 40 títulos repartidos en novelas, cuentos, poesía, teatro, microrrelatos, ensayos y artículos.
Aunque su obra es considerada como parte del movimiento surrealista y del realismo mágico, el propio Cortázar hizo referencia a lo poco que le gustaban los encasillamientos cuando escribió, en “Los autonautas de la cosmopista” (1983), el último libro que colocara en vida en las librerías: “Casi nunca he aceptado el nombre-etiqueta de las cosas y creo que eso se refleja en mis libros, no veo por qué hay que tolerar invariablemente lo que nos viene de antes y de fuera”.