lunes, 28 de abril de 2014

Legado de Gabo será patrimonio generacional,


"El Gabo nos desaforó la imaginación y nos enseñó a buscar lo maravilloso en lo cotidiano de nuestras familias


¿Cuántas causas y azares tendrán que confabularse para que nazca otro Gabriel García Márquez? Quizá ya no en Aracataca pero sí con la cuota de sencillez que le dio un gran pueblo y una gran familia. 
Había escritores famosos como Martí, Darío, Neruda, Gallegos, Asturias... pero al menos desde 1966 él solito se engarzó como mascarón de proa de la literatura latinoamericana. Por aquellos años estallaban por doquier rebeliones juveniles contra la guerra de Vietnam, contra el sistema, contra la dictadura, y América Latina se veía como un todo. 
Aquel año salió la primera edición de Cien años de soledad y en marzo de 1967, el director Porrúa, de Editorial Sudamericana, dicen que no necesitó leer el manuscrito íntegro de esa novela que ya no tendría oportunidad sobre la tierra, y la publicó, y al final fue traducida a 35 idiomas en el mundo.
El Gabo nos desaforó la imaginación y nos enseñó a buscar lo maravilloso en lo cotidiano de nuestras familias. Acaso ninguna de ellas recobró después tanta dignidad como al influjo de Cien años…



A través de su obra, Gabriel García Márquez consolidó el pensamiento de un humanista brillante.
Aunque su obra cumbre, 'Cien años de soledad', es la más famosa, Gabriel García Márquez también deja una prolífica producción que no se limitó únicamente al terreno de la literatura, sino que pasó por el periodismo, el ensayo y hasta los discursos.
Se trata de una obra que Gabo construyó, ladrillo a ladrillo, motivado solo por la pasión de escribir, como lo expresó en su discurso de agradecimiento, cuando recibió el homenaje de los 25 años de haber recibido el Premio Nobel de Literatura, en el 2007.
“Desde que tenía 17 años hasta la mañana de hoy, no he hecho cosa distinta que levantarme temprano todos los días y sentarme frente a un teclado para llenar una página en blanco”, dijo en esa oportunidad.
Quizás por su desinterés frente al afán de protagonismo, y su timidez innata, el autor de 'El amor en los tiempos del cólera', 'Relato de un náufrago' y 'Noticia de un secuestro' siempre se mostró alérgico a la fama a la que se vio expuesto, fruto de su genialidad como escritor.

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