El viernes 16 de julio de 1813, después de dos votaciones en el Colegio Electoral y con sólo dos sufragios en contra, el entonces presidente Antonio Nariño sacó adelante una decisión clave para la historia nacional: la Declaración de Independencia absoluta de España y la soberanía de Cundinamarca. Tres años atrás, durante el Acta de Independencia del 20 de julio de 1810, por el contrario, la Junta Patriótica no fue tan clara respecto al Rey de España. En 1813, Cundinamarca fue proclamada como un Estado libre e independiente, separado para siempre de la Corona. Una semilla de libertad que debe ser conmemorada.
Hoy, al cumplirse 200 años de este acontecimiento histórico, la Gobernación de Cundinamarca realizará un acto simbólico para recobrar la memoria nacional. No sólo se trata de rendir el homenaje que se merece el traductor de los Derechos del Hombre y el Ciudadano, Antonio Nariño, sino recordar a las nuevas generaciones de qué manera se logró el paso trascendental hacia el Estado libre y soberano en Colombia, resaltando que a partir del 16 de julio de 1813 la autoridad sólo puede emanar del pueblo y de sus representantes autorizados.
La consagración de esta efeméride ya contó con la siembra del arrayán, como símbolo de la libertad, tal como en su momento lo hizo el precursor Nariño. Esta tradición de sembrar árboles fue heredada de la Revolución Francesa de finales del siglo XVIII, pero en el contexto nacional el arrayán es un árbol nativo que crece en muchos lugares de la geografía colombiana y que tiene la particularidad de que sus hojas lo hacen ver verde durante todo el año, convirtiéndose así en un símbolo de la esperanza de libertad. Esta especie fue plantada en todos los municipios del departamento el pasado 29 de abril, Día del Árbol.
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