La poderosa voz que inmortalizó el inconfundible grito de '¡Azúcar!', símbolo de la salsa cubana, calló para siempre hace diez años, dejando huérfano al género musical de una de sus mayores artistas, la inimitable Celia Cruz.
Conocida como 'La Reina de la salsa', Cruz hizo bailar al mundo con sus vestidos de colores alegres, el dinámico contoneo de caderas característico de la música latina, y pegadizos temas que en parte versionó, desde el mambo de Tito Puente 'Oye cómo va' a la canción popular cubana 'Guantanamera'.
Nacida Úrsula Hilaria Celia de la Caridad Cruz Alfonso, en su trayectoria obtuvo siete premios Grammy y una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, en 1987, a lo largo de una carrera en la que también internacionalizó melodías propias, como 'La negra tiene tumbao', 'Quimbara' o 'La vida es un carnaval'.
En una entrevista a 'The New York Times' la cantante confesó que su intención inicial era ser "madre, profesora y ama de casa", aunque descartó este método de vida en 1950, cuando se convirtió en la líder del grupo 'La Sonora Matancera' y dio comienzo oficial a su carrera en el mundo de la música.
Diez años después, el grupo al completo abandonó Cuba, tras el ascenso al poder de Fidel Castro, y en 1962 Cruz se casó con uno de los trompetistas de la banda Pedro Knight, iniciando un matrimonio que duró 41 años, hasta la muerte de la célebre cantante.
Una anécdota recurrente, recogida en sitios web y en libros infantiles sobre la vida de Celia Cruz, narra un día en el que la artista tomaba café en un restaurante y el camarero le preguntó si quería azúcar: "¿Azúcar? ¿Cómo puede preguntarme eso? ¡Soy cubana! Sí, ¡con azúcar!", en un particular arrebato que sentaría las bases de su grito más famoso.
Celia Cruz pasó de cantante a leyenda el 16 de julio de 2003, en una semana negra para la salsa cubana que también arrebató al mundo dos días antes las cadencias musicales de los llorados Tito Duarte y Compay Segundo.
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