Januario Eduardo Carranza Fernández, nombre completo del poeta, nació en la hacienda La Esperanza, vereda de Apiay, en el departamento del Meta, el 23 de julio de 1913 y murió en Bogotá el 13 de febrero de 1985. Fue precursor del Movimiento Piedra y Cielo. En su poesía predominan cuatro temas fundamentales: Patria, muerte, amor y tierra. De 1948 a 1951, el poeta, escritor y diplomático, Eduardo Carranza, dirigió la Biblioteca Nacional de Colombia.
Así mismo ,fue profesor de literatura española y universal en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario en 1930. Entre 1933 y 1939 hizo política como uno de los líderes de Acción Nacionalista Popular. Durante este lapso, además de Canciones para iniciar una fiesta (1936), Carranza también publicó Seis elegías y un himno (1939) y La sombra de las muchachas (1941). Otros libros de esa época como Canto en voz alta (1944) y Ellas, los días y las nubes (1945), terminaron de afianzar el nombre de Eduardo Carranza en la escena literaria nacional.
En 1957 Carranza escribió El Olvidado y Alhambra, libro lleno de poesía luminosa y trasparente, tono con el que escribió, a sus 60 años de edad, algunos de sus mejores poemas que se agrupan en los libros Hablar soñando (1974) y Epístola mortal(1975), publicados luego de Los pasos cantados y Los días que ahora son sueños, ambos en 1973.
Carranza ganó el Premio Internacional de Poesía de Venezuela en 1945,. En 1948 recibió la Orden del Congreso de la República en el grado de Gran Cruz con Placa de Oro y en 1952 la Gran Cruz de Isabel la Católica.
Eduardo Carranza
ES MELANCOLIA
Te llamarás silencio en adelante.
Y el sitio que ocupabas en el aire
se llamará melancolía.
Escribiré en el vino rojo un nombre:
el tu nombre que estuvo junto a mi alma
sonriendo entre violetas.
Ahora miro largamente, absorto,
esta mano que anduvo por tu rostro,
que sonó junto a ti.
Esta mano lejana, de otro mundo,
que conoció una rosa y otra rosa,
y el tibio, el lento nácar.
Un día iré a buscarme, iré a buscar
mi fantasma sediento entre los pinos
y la palabra amor.
Te llamaré silencio en adelante.
Lo escribo con la mano que aquel día
iba contigo entre los pinos.
HAI-KAI
Quédate así, quieta un instante:
para no espantar
la poesía que llevas
como un nimbo de pájaros.
IMAGEN CASI PERDIDA
Eres como la luz alta y delgada.
Como el viento eres clara sin saberlo.
Vacila tu actitud como la tarde
suavemente inclinada sobre el mundo.
Eres hecha de sueños olvidados
y te olvido de pronto, como a un sueño;
mi corazón te busca como el humo
busca la altura y hacia ella muere.
Como una tibia flor te lleva el día
prendida entre sus labios. Eres alta,
azul, delgada, y recta como un silbo.
Te recuerdo de pronto como a un sueño.
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