LA CARRETA LITERARIA LLEGÒ A ESPAÑA
UN COLOMBIANO SE CONVIERTE EN LA ATRACCIÒN EN LA FERIA DEL LIBRO EN MADRID
Antes de ir empujando una carreta con unos 200 libros por las calles de Cartagena, incluso sin la algarabía particular de los que venden tomates, aguacates o fresas en este vehículo de tracción humana, Martín era vendedor de agua en el Parque de Bolívar de la Ciudad Amurallada.Vendió agua durante muchos años, pero siempre tuvo ganas de hacerse analista de la NBA, porque le encanta el baloncesto, tanto como leer. Tal vez no llegue a la NBA, pero sí que llegó a la lectura.
Martín Roberto Murillo Gómez estudió hasta quinto de primaria. No fue más. Y pensar, después de los 40 años, en volver a la escuela, no era algo que le sonara mucho. "Era un proceso muy largo empezar a esta edad".
Al principio, la lectura le interesó por lo del baloncesto, pero después, lo atrapó para siempre. Los libros son su mejor manera de aprender, pero no para dejarlos para él solo.
Después se volvieron a encontrar, le prestó algunos libros, le regaló otros cuantos y Martín, a leer y a aprender y a encantarse más. Se paseó por la fundación en algunas conferencias y hasta un día participó en el Hay Festival. Todo le ha servido para su proyecto, el de la Carreta Literaria.
De acercarse a la lectura, un día se le ocurrió que "quería ser más útil a la sociedad" y que había que compartir y promover la lectura.
Y del ejemplo de una carreta que había en el parque y que vendía libros, él quiso hacer una que recorriera los lugares. Una incluso que fuera más bonita. Ahí tomó forma su idea.
"Yo era vendedor ambulante, así que también era hacerle un homenaje a ello", cuenta este hombre delgado, negro, de barba blanca y una gorrita tejida que le caracteriza.
¡Leamos!
Martín tiene claro su oficio: P/L/7/24/365. Lo dice rápido. "Soy prestador de libros, 7 días a la semana, 24 horas al día, 365 días al año".
"Yo presto y no me tienes que firmar ningún documento. Puede tomar un libro cualquier lector del mundo que tenga ganas de leer".
Porque para este chocoano, que por esas cosas de ir de un lugar a otro, se quedó en Cartagena, prestar libros es una necesidad. Lo que recibe es valioso: que los demás aprendan. "Cada que leemos un libro tendremos más conocimientos, así la lectura se haga por placer".
Locierto es que Martín llegó a Madrid con su Carreta Literaria y se ha convertido en una atracción en la Feria del Libro del Retiro, en la capital española.
He estado en todas las ferias del libro importantes”, dice, mientras observa orgulloso cómo lo miran. “Me faltaban Madrid y Río de Janeiro. Ahora solo me queda una”. puntializa Martìn.
No hay comentarios:
Publicar un comentario