jueves, 13 de junio de 2013

¡SAYONARA, MACONDO!

  La escritora más versada en la obra de Gabriel García Márquez habla con absoluta propiedad y exquisitez del ajiaco santafereño, la bandeja paisa, el aguardiente. ¡Y la arepa!
      Satoko Tamura es más que familiar en estas comarcas delirantes y mancondianas. Ha venido varias veces a nuestro país, en plan de trabajo y de descanso, y como invitada de honor al Festival Internacional de Poesía de Medellín.
      La señora Tamura es Doctora en Letras Hispanoamericanas, poeta, ensayista, traductora y decana de la Facultad de Literatura de la Universidad de Tokio.
Esto quiere decir que se ha devorado cualquier cantidad de libros, en varias lenguas, particularmente en español, un idioma que ella descubrió a partir de esa voracidad de conocer nuevas culturas, otras voces, y que tuvo su punto de partida en los años palpitantes de la juventud cuando leyó en japonés la obra de la poeta chilena y premio Nobel de literatura, Gabriela Mistral.


       Su inquietud por la lengua de Castilla y en general por la literatura latinoamericana, la ha llevado a viajar por el mundo hispano, desde España, pasando por Argentina, Chile, la Patagonia, México, y Colombia, este país que ella siente en lo más profundo de su corazón y que palpa y disfruta como si aquí hubiera estado en una vida anterior. Cuando habla mira fijamente a los ojos, o al ‘tercer ojo’ del que habla la milenaria sabiduría nipona y sus disertaciones son tan precisas, elocuentes y detalladas que le hace pensar al interlocutor que lo que expone pareciera que lo hubiera aprendido de memoria.

      Y es esa memoria gráfica y biológica del saber y del entendimiento, lo que la ha llevado a emprender un viaje a la semilla del genio creador de Gabo: a seguir las huellas de los personajes de sus novelas, a descifrar sus espectros, a desenmascarar sus fantasmas, y a comprobar y ratificarle al mundo literario, que lo que está impreso en los relatos del Mago de Aracataca, no es sólo producto de su imaginación, sino que existe, o existió, y como quiera que sea, está vivo en el sentir, en el pasado y en la nostalgia de esa soñada república universal llamada Macondo.

Satoko Tamura, la traductora de Gabo al japonés, habla sobre sus 25 años de amistad con el Nobel colombiano. Próximamente estará en librerías nacionales.

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